Qué tal estáis? Recientemente hemos realizado una gran reforma en la casa del pueblo de la familia de mi pareja. Su casa del pueblo, su casa de Belalcázar
Belalcázar es una población del valle de los Pedroches, región situada al norte de la provincia de Córdoba, a unos 100km de la capital.
Delimitada al sur por la sierra, al norte con Extremadura y Castilla la Mancha. Es conocida por sus productos ibéricos con denominación de origen, o sus lácteos de la cooperativa de Covap, y sus campos también fueron escenario de algunos de los episodios del Quijote, como «los batanes», «el yelmo de Membrino» o «la liberación de los Galeotes», que según los últimos estudios, se sitúan en Torrecampo, otro de los pueblos de la comarca.
Coincidiendo con la reforma que hemos realizado, cayó en mis manos un artículo, por medio de mi cuñado Paco, que hacía referencia a la construcción popular de las casas de la zona de los pedroches.
Por este artículo y lo estudiado en sus calles y sus casas, te puedo explicar que por las necesidades de la zona y sus gentes, y la gran cantidad de granito y encinas que existe en el valle, todas las viviendas se edificaban basándose en la misma regla y con los mismos materiales.
Las viviendas constaban de dos alturas, una nave baja y una cámara o doblado separado por un techo con vigas de madera.
En la composición de cada fachada se podía apreciar el poder adquisitivo y social de la familia que allí habitaba, ya que esta podía tener en la parte del doblado una, tres o cinco ventanas, lo que indicaba también su mayor o menor superficie de vivienda.
La anchura de las casas estaban divididas en tres cañones o galerías que se extienden hacia la zona interior de la vivienda. las dos bóvedas laterales contenían las habitaciones y la central un pasillo que iba desde la entrada hasta el patio interior uniendo todas las dependencias. El largo de la casa, dividido en tres cuerpos separados entre sí por un muro de carga.
Al pasar el tercer cuerpo nos encontrábamos el portal, zona techada, donde a un lado estaba la cocina y a otro el fregadero.
En esta zona estaba el acceso a la cuadra, que cuando anochecía servía para el descanso de los animales utilizados en los trabajos del campo.
Estos animales debían salir y entrar por todo el pasillo central de la casa, en la viviendas que no tenían un acceso exterior a la cuadra.
Al fondo del portal nos encontramos con el patio o corral, donde estaba el pozo que surtía de agua a la casa, y junto a el la pila de lavar, y al otro lado la zahúrda donde se cebaba al cerdo, y sueltas por el corral las gallinas que ponían sus nidos debajo de la leña que allí se apilaba.
A un lado del patio, como continuación de lo edificado se situaba el pajar.
En el interior de la vivienda, en el segundo cuerpo en el lateral derecho, se situaba la chimenea, que era donde durante todo el día permanecía encendido el caldero, y a continuación, en el tercer cuerpo, la alacena, que servía de despensa para el momento y situada sobre esta nos encontramos con la escalera que da ascenso a la cámara o doblado.
La cámara o doblado está dividida en cuatro hermosos trojes o trojas con sus paredes divisorias y una entrada a ras de suelo. Allí se amontonaba el trigo o la cebada, los tomates, patatas, etc…
La cámara también se convierte en almacén de trastos viejos.
Los muros de las casas de unos 60 a 70cm. de espesor con terminaciones de yeso, los suelos en tierra, tanto en la nave principal, como en el doblado o terminados con losetas de barro. En ocasiones el pasillo central de guijarros o piedras de los arroyos, trabadas con mortero, para que los animales no levantaran polvo al pasar, las zonas de la chimenea con losas de granito. Los techos abovedados en las estancias y la puerta de la entrada, con sus cuatro piedras de granito características, formando un buen dintel, en ocasiones adornados con escudos o emblemas de familia. El zócalo exterior de la casa también se remataba con un aplacado de unas enormes piedras de granito.
En nuestro caso, y como en muchos más, al remodelar el antigua tejado, lo hemos elevado y hemos creado un nuevo espacio. La zona del doblado, se ha convertido en una nueva planta habitable. Eso si, en el antiguo doblado hemos encontrado infinidad de cosas que aprovechar para una futura decoración..
Es complicado realizar una reforma de estas casas sin perder la esencia. Ese paso del tiempo que a los míos y a mi nos gusta valorar en largas y tendidas conversaciones con temas del pasado.
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Un saludo